Concurso Halloween
I

La apuñalé.

Sentí su sangre correr por mis manos.

Tomé su corazón, y lo comí de un mordisco.

Respiré profusamente revisando el entorno.

Un escalofrío surgió en mi espina.

Sigo escuchando las voces.

Los demonios siguen ahí, en mi mente.

Continúan rogándome que los deje salir.

Que deje de comerme a sus compañeros.

Pero no puedo deshacerme de tan buena coartada.

Ni de tan delicioso manjar.

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