Nombre Bestia: Pseudogigante.
Tipo bestia: "Gigante"1
¿Cómo es?: Su estatura va desde las seis hasta las ocho varas, pero nunca más alto que eso. Tienen una complexión gruesa, con brazos muy largos y tan gruesos como un roble, piernas algo pequeñas para su tamaño y un denso pelaje marrón, negro o blanco. Suelen moverse apoyándose en sus brazos ya que sus piernas apenas pueden con ellos.
Cuanto cobrar por el trabajo: 25 aurens.
Cuan peligroso es: Muy peligroso. Se recomienda no cazarlo sin la ayuda de al menos cinco compañeros.
¿Dónde hallarlo?: Suelen vivir en cuevas, normalmente en cordilleras rodeadas de un bosque. Algunas veces pueden habitar minas abandonadas pero siempre en lugares fríos2.
¿Qué es lo que hace?: Poseen una fuerza monstruosa, capaz de arrancar de raíz pinos enteros para luego blandirlos como garrotes. Pueden golpear el suelo con la fuerza suficiente como para hacer temblar la tierra en un área de varias varas. De cerca es imposible pelear con ellos, más que nada porque las armas de filo y contundentes suelen hacerles poco o nada de daño, y porque al mínimo descuido, si te alcanza un golpe, dejarás de existir.
Sin embargo, su verdadero peligro reside en su alimentación y comportamiento. Son omnívoros pero tienen preferencia hacia la carne, y en ausencia de esta empiezan a consumir plantas, lo que no sería un problema si no comieran tanto. Los pseudogigantes comen cantidades ingentes de comida. Cazan a todos los animales en los sitios en los que se asientan, y luego van a por las plantas, y como no hay casi ningún animal común que les haga frente, pueden llegar a arrasar con todo lo que se encuentren, dejando en la ruina a esos poblados que subsisten gracias a la cacería o pesca, o a aquellos poblados que comercian con maderas y plantas.
También, cuando sus desechos (que no son pocos) caen en ríos o lagos, ya los puedes dar por perdidos en el acto. Beber de ahí es el equivalente a comerte una rata necrófaga cruda3.
Vulnerabilidades: A pesar de su fuerza y su resistencia a los cortes y golpes, no son inmunes a las armas de fuego. Luego de muchos disparos de arcabuces o mosquetes se pueden abatir. Y si te sientes más valiente4 puedes acercarte y dispararle con un trabuco, que también son efectivos, especialmente en la espalda. También, no son inmunes a que les caiga un pedrusco encima, y los cañones también son muy efectivos. Uno o dos cañonazos al cuerpo suelen bastar. De la misma forma, la magia es la mejor forma de acabar con ellos. Un buen relámpago directo en la cabeza es suficiente para echarlos al suelo.
Como cazarlo: Lo mejor es ir con un grupo de diez personas con armas de fuego. Basta con buscar una cueva con signos de alojar a uno5 y esperar a la noche, cuando suelen volver. Molestarlos es fácil. Basta con gritarles y el pseudogigante atacará sin pensarlo. Siembre habrá que mantener una distancia de diez varas como mínimo6 y estar detrás de algo para protegerte en caso de que intente lanzarte una piedra, parte de un árbol o a un compañero desafortunado que cayó en sus manos.
Lo mejor es rodearlo. Los cazadores en el frente llamarían su atención mientras los cazadores en los costados y en su espalda le disparan. Luego de unos minutos de fuego sostenido debería caer. Si no se tienen armas de fuego, lo mejor es usar ballestas o arcos largos, complementado por lanceros y alabarderos (todas lar armas, tanto flechas como hojas, deben estar envenenadas). Igualmente no se recomienda y se tiene como último recurso. La piel de los pseudogigantes es bastante gruesa y se necesita mucha fuerza para perforarla o cortarla.
Otra estrategia menos popular usada por cofradías pequeñas es colocar cebos envenenados con todo tipo de sustancias para evitar el combate directo. El problema es que se tarda mucho y muchas veces solo se logra debilitarlo. Solo las toxinas más potentes y caras son efectivas, pero aún así pueden tardar días en surtir efecto, y en ese tiempo no dejan de cazar o arrasar con la vegetación. También, colocar trampas pesadas en sus cuevas o cerca de estas. Si lo anterior no funciona para matarlo, se espera debilitar lo suficiente al pseudogigante como para que la idea de abatirlo con arcos, ballestas o lanzas no suena tan descabellada.
Notas extras:
Nota del cazador Isaac de la cofradía de la tundra:
He oído por ahí que hay nobles ofreciendo capturar a estas bestias a cambio de una libra de oro (o hasta dos). ¡Ni se les ocurra tomar esos trabajos! Matarlos ya es un incordio y una tarea solo para cofradías grandes. Capturar a uno es sencillamente un suicidio, o una condena para el pueblo al que se lleve si se libera. Hasta el pseudogigante más débil arrasaría con facilidad con ciudades medianas. No por nada se abren paso a puñetazos en las cuevas donde duermen.
Nota del cazador Samuel de la cofradía Japeto:
Ya no solo son nobles, ahora también hay feriantes que piden uno para exhibirlo (encadenado y tan intoxicado que no se pueda ni mover, eso sí). Los mismos que piden arañas mentirosas ahora también piden pseudogigantes. ¿Luego qué? ¿Yetis? ¿Cocatrices? Tendrás más visitantes, eso seguro, pero cuando se escape uno no lo pasarán precisamente bien.